domingo, 2 de agosto de 2009

Pastafarismo, MEV, Monstruo del Espagueti Volador

Como veo que muchos de nuestros lectores (que son pocos) no lo conocen, he decidido poner un post sobre el MEV / pastafarismo...

Extraido en parte de la TODOPODEROSA Wikipedia, trataré de explicar los puntos clave de esta "pseudo-religión" que me permite argumentar muchas de las discusiones en las que me meto ^_^

Sitio web oficial: http://www.venganza.org/

Pastafarismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre


El "pastafarismo", o también "religión del Monstruo de Espagueti Volador", (Flying Spaghetti Monster (FSM), neologismo del idioma inglés, derivado de pasta), es una parodia de religión, contenida en una campaña de protesta social surgida en Estados Unidos de América en denuncia y oposición a la difusión de la teoría del diseño inteligente, impulsada por sectores políticos y religiosos durante los mandatos del Presidente George W. Bush, y a las corrientes de opinión que pretenden su equiparación con las teorías comúnmente aceptadas por la comunidad científica internacional, como la teoría de la evolución.

El "pastafarismo" fue creado por iniciativa de Bobby Henderson, licenciado en física de la Universidad Estatal de Oregón, como protesta satírica por la decisión del Consejo de Educación del Estado de Kansas (Kansas State Board of Education) de permitir la enseñanza pública del diseño inteligente como una alternativa de la teoría de la evolución, que aunque adoptada a finales de 2005, fue finalmente revocada en agosto de 2006. Como el movimiento a favor del diseño inteligente usó referencias ambiguas a un "Diseñador Inteligente" no especificado con el fin de evitar mandatos judiciales prohibiendo la enseñanza del creacionismo como ciencia (en los Estados Unidos la educación es laica), eso dejó la puerta abierta a la posibilidad de que cualquier entidad llenara ese hueco.

En respuesta, Henderson mandó una carta abierta al Consejo parodiando el concepto de diseño inteligente, en la que expresaba su fe en una deidad creadora sobrenatural, semejante a una enorme bola de espagueti con albóndigas. En consecuencia solicitaba que la teoría de la creación defendida por el "pastafarismo" (juego de palabras con el movimiento Rastafari) fuera enseñada en las clases de ciencias.

A consecuencia de su reciente popularidad y apariciones en los medios de comunicación, los ateos, agnósticos (llamados por los pastafarianos "espagnósticos") y otros grupos suelen emplear al Monstruo de Espagueti Volador como una versión moderna de la tetera de Russell o el Unicornio rosa invisible

Para más info ir aqui (Wikipedia)

7 comentarios:

JoseMi dijo...

Que has fumado para poner esto? Y de verdad alguien puede defender a una bola d espaguetis y carne invisible? Lol

LGLS dijo...

Buenas. Todo empezó un día en rtve cuando el gran profea macarronis se presento de improvisto y nos enseño la gran verdad. El problema son los sacrificios humanos, necesitamos una princesa virgen, alguna idea?

JoseMi dijo...

Virgenes creo que quedan muy pocas, si quieres te lo miro.

Biox dijo...

Ummm eso eso miralo ^_^ Que no conociais esta importante religión?? :) Es básica en la idiosincrasia de Internet!!

Kemon dijo...

Yo si conocía el pastafarismo, pero no conocía la religión de la Unicornio Rosa Invisible (URI).

Lo que si conocía ya, y me parece muy buena, es la historia del dragón en el garage, de Carl Sagan (por favor, que alguién haga un post sobre él).

Aqui va la historia del dragón (aviso de que es un poco larga, de hecho la tengo que cortar en varios trozos).
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"En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca."

Supongamos (sigo el método de terapia de grupo del psicólogo Richard Franklin) que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

- Enséñemelo – me dice usted.

Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.

- ¿Dónde está el dragón? – me pregunta.

- Oh, está aquí – contesto yo moviendo la mano vagamente -. Me olvidé decir que es un dragón invisible.

Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.

- Buena idea – replico – , pero este dragón flota en el aire.

Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.

- Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.

Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.

- Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.

Y así sucesivamente. Yo contrarrestro cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.

(continuará...)

Kemon dijo...

Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluta a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no se puede aplicar ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.

Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo a ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo... simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de "no demostrado".

Imaginemos que las cosas hubiesen sido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura de spray revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que se pueda ser en cuanto a la existencia de dragones – por no hablar de seres invisibles – ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.

(continuará...)

Kemon dijo...

Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunos que está seguro que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes... pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos con lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizás todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos...

Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas "pruebas", por muy importante que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes. Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos físicos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.

“El mundo y sus demonios” Carl Sagan
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